El joyero Antonio Zúñiga Contreras es el encargado del diseño y confección de la corona que lucirá Nuestra Señora de los Dolores.

Antonio Zúñiga Contreras sigue la tradición familiar iniciada por su padre, Antonio Zúñiga Arranz, quien desde hace más de 60 años viene dedicándose al mundo de la joyería, así como a la restauración de importantes piezas de orfebrería, algunas presentes en numerosos museos y exposiciones. De mano de su padre, figura emblemática en el mundo de la joyería vallisoletana, comienza a aprender el oficio desde edad temprana en su faceta artesanal, complementándolo con las técnicas que los avances tecnológicos e informáticos nos ofrecen hoy en día, y compaginando este aprendizaje con los estudios académicos.

Antonio Zúñiga, desde su establecimiento de comercio y fabricación de joyería en el no 19 de la vallisoletana calle de Santa María, lleva a cabo su trabajo creativo de joyería. Sus creaciones nos transmiten la fuerza y sensualidad que deriva de las formas y materiales en que estas se realizan, dando vida de este modo a joyas con carácter y personalidad propias, dirigidas a un público que busca en las joyas el aliado perfecto a un estilo propio y original.

LA CORONA

En el diseño de esta corona se ha propuesto conseguir que se pueda apreciar que está realizada en nuestra época, por tanto, sin copiar o reproducir elementos ornamentales propios de las realizadas en siglos anteriores, lo cual hubiera facilitado la labor, pero manteniendo una armonía estética con la imagen de la virgen realizada 400 años atrás y a la cual quiere honrar. También nos hemos propuesto que la sobriedad de estilo, tan característico de la orfebrería e imaginería castellana y tan diferente a las de otras zonas que se van incorporando progresivamente en nuestra Semana Santa, sea protagonista en el diseño de esta corona.

Para la realización de este proyecto se han tenido en cuenta varios aspectos que han servido como pilares sobre los que construir el diseño de la corona, dotándola tanto del simbolismo de los elementos ornamentales que le dan forma, como de un significado propio para la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz a la que pertenece la imagen, a la que como muestra de devoción impulsan su coronación con motivo de su 400 aniversario.

Estos pilares o líneas maestras son:

  • ‐  Simbolismo iconográfico propios de la devoción mariana.
  • ‐  Simbolismo representativo de la cofradía de la Vera Cruz del que su junta directiva me dio fiel detalle.
  • ‐  En menor medida algún elemento significativo de la ciudad de Valladolid, dado el privilegiado emplazamiento de la cofradía y su raigambre histórica.

Se ha dado importancia a la verticalidad en el conjunto de la corona como símbolo de la espiritualidad, sobre la horizontal, símbolo de lo terrenal. Esto guardando cuidado de que la cruz no sobresalga excesivamente y quede integrada lo mejor posible en el conjunto total de la corona, pero manteniendo su protagonismo.

Los elementos ornamentales se han dispuesto guardando la simetría respecto del eje marcado por la cruz para dar equilibrio y armonía al conjunto.

    Diseño de la Corona

    Explore los diferentes elementos y su significado

    Lignum Crucis

    el símbolo más distintivo y emblemático de la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, y al que se guarda gran veneración, toma protagonismo en la configuración de la corona, si bien como explicábamos anteriormente sin que quede desproporcionado y sin alterar el conjunto, cuyo objetivo es realzar la imagen de la virgen sin quedar mermada su vistosidad por otros elementos. Para lograr este objetivo hemos partido de la imagen del Lignum Crucis alterando un poco las proporciones originales, pero sin que pierda su identidad, para conseguir una integración más armónica en el conjunto de la corona.

    Doce estrellas

    símbolo mariano representativas de la madre de Dios como reina del cielo. Para acentuar el propósito que nos hemos marcado de acentuar la espiritualidad de la corona, las estrellas se alejan de los resplandores que le sirven de soporte consiguiendo un efecto de levitación en el aire. Lógicamente, si están sujetas, pero la pieza que sirve de unión está colocada transversalmente para ofrecer una menor vista al ser observada la corona de frente, al mismo tiempo que una mejor sujeción.

    Resplandores

    doce resplandores repartidos en dos grupos de seis a cada lado del Lignum Crucis que van creciendo en tamaño, a medida que se acercan a este, para potenciar la sensación de verticalidad hacia el cielo.

    En la forma de estas ráfagas se puede apreciar en su diseño una inspiración vegetal que nos recuerda a las calas, flor de gran simbolismo y del mismo color blanco que el utilizado tradicionalmente en los adornos florales con que se engalana a la imagen de la virgen a la que se quiere honrar con la corona que nos ocupa.

    Ráfagas

    Diez ráfagas repartidas en dos grupos de cinco intercaladas con los resplandores y que van creciendo en tamaño a medida que se aproximan a la zona superior.

    Cuerpo central

    Realizado en plata con terminación en diferentes texturas según nos pidan los elementos ornamentales a los que sirve de base y que describimos a continuación.

    Escudo

    El escudo de la Cofradía en la parte central de la diadema

    Palmas

    A cada lado del escudo se sitúa una palma pareciendo abrazar al mismo. Estas palmas simbolizan la especial importancia que el Domingo de Ramos tiene para la cofradía en cuanto que es un día especialmente significativo para la cofradía de la Vera Cruz, protagonista de la popular procesión de “La Borriquilla”.

    Ángeles

    A cada lado de la diadema aparece la figura de un ángel, con los que queremos hacer un guiño a la corona actual en la que los ángeles aparecen como elemento ornamental de carácter principal.

    Estos ángeles sujetan cada uno en sus manos un “jarro de pico”, una de las piezas de orfebrería más representativos de los plateros de los s. XVI y XVII, y que presentan las característica propias del estilo de la manufactura de los plateros vallisoletanos. Estos estaban asentados en la calle de la Platería, de la cual es protagonista la iglesia de la cofradía de la Vera Cruz y con la que tan íntimamente estuvieron vinculados en los siglos pasados. Por ello entiendo que no podría faltar en esta corona un guiño tanto a este vínculo histórico con los orfebres vallisoletanos, como al privilegiado emplazamiento de la sede de la cofradía en una de las más emblemáticas calles de nuestra ciudad, como es la de la Platería.

    Heliotropos

    En el centro de cada conjunto de aguas se sitúa una piedra en talla cabujón denominada “jaspe sanguíneo o heliotropo”. El uso de esta gema en piezas artísticas de temática religiosa es de larga tradición, pues desde antiguo se le otorga un gran simbolismo religioso, pues la creencia era que las características manchas rojas se debían a la sangre de Cristo crucificado que cayó desde la cruz sobre un jaspe.

    El uso de estas piedras en la corona que nos ocupa bien puede simbolizar el dolor que nos transmite la imagen, merecedora del título de “Reina de los Dolores de Valladolid”.

    Lema

    Lema “Reina de los Dolores de Valladolid”, grabado en la parte inferior de la diadema.

    Cordón franciscano

    En la base de la corona, y como homenaje al origen franciscano de la cofradía, aparece el cordón franciscano con los tres nudos que simbolizan los tres votos: pobreza, obediencia y castidad. Se realizaría en plata en su color, más acorde con la característica pobreza y humildad franciscana.

    Llamas

    Se colocan dos llamas en la parte inferior de la diadema colocadas una a cada lado de esta. Con estas llamas, símbolo de Valladolid tal y como aparecen en el escudo de nuestra ciudad, aunque dispuestas simétricamente, se rinde homenaje a la ciudad de Valladolid a la que tan especialmente está unida la cofradía Penitencial de la Vera cruz, la más antigua de las existentes en nuestra ciudad